Síndrome prostático – Hiperplasia Benigna de Próstata (HBP)

¿Qué es la Hiperplasia Benigna de Próstata (HBP)?

La hiperplasia prostática es el término que define el crecimiento benigno de la glándula prostática. Se trata de una patología muy frecuente que afecta al 40% de hombres a partir de los 40 años. Su incidencia va aumentando con la edad.

En los últimos años este concepto ampliamente conocido se ha sustituido por el concepto de Síntomas del Tracto Urinario Inferior (STUI o su acrónimo en inglés LUTS). Esta sustitución se debe a que son los síntomas lo que verdaderamente altera la calidad de vida el paciente y es esto lo que debemos tratar principalmente.

En casos moderados, se inicia el tratamiento con fármacos; fitoterapia, alfa-bloqueantes (ej. Tamsulosina o Silodosina), inhibidores de la 5-alfa reductasa (ej. Finasteride o Dutasteride) o combinaciones de estos fármacos. Sin embargo, en casos donde los síntomas son más severos o cuando la medicación no consigue mejorar esta sintomatología, el tratamiento quirúrgico resulta la mejor solución.

El paciente generalmente presenta: 

  • chorro de orina flojo
  • dificultad para la micción
  • necesidad de orinar de noche
  • aumento de la frecuencia miccional diurna 
  • urgencia (imperiosidad) por ir a orinar 
  • escapes de orina

Esta sintomatología empeora la calidad de vida del paciente sustancialmente.

Además puede acabar provocando complicaciones como:

  • sangrado al orinar (hematuria)
  • infección de repetición
  • formación de piedras en la vejiga
  • deterioro de la función renal
  • imposibilidad para orinar (retención aguda de orina) que requiera colocar una sonda vesical

¿Qué exploraciones se deben realizar para valorar correctamente a un paciente con HBP?

La evaluación de un paciente con HBP comporta inexcusablemente un correcto interrogatorio y una exploración clínica dirigida. Es importante recoger posibles medicaciones que puedan alterar la cantidad o los patrones miccionales del paciente (toma de diuréticos, medicación para la hipertensión, etc.). Existe una herramienta internacionalmente aceptada y validada por la principales asociaciones de urología; el IPSS (International Prostatic Symptom Score) consiste en un cuestionario autoadministrado con una serie de preguntas que repasan los principales síntomas miccionales y un último ítem que pregunta acerca de cómo afectan estos síntomas la calidad de vida del paciente. Se debe realizar una analítica con al menos la determinación de función renal, antígeno prostático específico (PSA, PSA l/tot) y un examen sistemático de orina con sedimento.

Imagen correspondiente a una ecografía transrectal de la próstata. En el centro se presenta el tejido hiperplásico (HBP)

Además es conveniente realizar una ecografía del aparato urinario (riñones, vejiga y próstata) útil para la determinación del volumen prostático y posibles alteraciones de la morfología o complicaciones (ej. Litiasis vesical); una flujometría, que pretende valorar el chorro miccional. En ocasiones debemos realizar más exploraciones dependiendo de la sintomatología del paciente (cistoscopia, estudio urodinámico, etc.)

 

¿Qué exploraciones se deben realizar para valorar correctamente a un paciente con HBP?

En muchas ocasiones los síntomas de próstata se pueden controlar con medicación. En los casos en que el tratamiento médico no es suficiente, suele ser necesaria la realización de cirugía.

Es necesario evaluar a cada paciente para sopesar el tipo de modalidad de cirugía de próstata ideal para su caso.

Clásicamente se ha tratado la hiperplasia menor de 60cc mediante resección transuretral de próstata (RTUp). Consiste en resecar poco a poco el adenoma prostático de forma endoscópica a través de la uretra sin incisiones.

Técnica de Resección transuretral de próstata

El paradigma de estas técnicas es la Fotovaporización Prostática (FVP) con láser verde. Sus principales ventajas son:

  • no incisiones
  • mínimo sangrado
  • menor tasa de transfusión (inferior al 1% en nuestra experiencia) 
  • 24 horas de sonda vesical
  • menor tiempo de ingreso
  • menor tiempo hasta reinserción en mi vida habitual  

Todo esto con el mismo resultado funcional la cirugía endoscópica tradicional (RTUp).

Por todo ello hoy la última edición de las Guías Europeas de Urología consideran el tratamiento de la HBP con FVP con laser verde “fuertemente” recomendado.

El paradigma de estas técnicas es la Fotovaporización Prostática (FVP) con laser verde. Sus principales ventajas son:

  • no incisiones
  • mínimo sangrado
  • menor tasa de transfusión (inferior al 1% en nuestra experiencia) 
  • 24 horas de sonda vesical
  • menor tiempo de ingreso
  • menor tiempo hasta reinserción en mi vida habitual    

En nuestra experiencia, ampliamente comunicada en congresos nacionales e internaciones (referencias), la FVP con láser verde es una excelente técnica para el tratamiento de la HBP con gran seguridad, mínima afectación de la vida cotidiana y resultados mantenidos en el tiempo.

En los últimos años se han desarrollado otras opciones de tratamiento para casos particulares, ej. pacientes con elevado riesgo que no puedan ser anestesiados, etc. Son las endoprótesis uretrales (UrolumenR), el sistema UroliftR o más recientemente la Aquablación. En estos casos siempre es conveniente informarse con el urólogo acerca de los resultados y riesgos potenciales.

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