Hoy, 28 de mayo, se celebra el Día Mundial de la Enuresis, una fecha destinada a sensibilizar a la sociedad sobre un trastorno que afecta a más de medio millón de niños en España. La enuresis, definida como el escape involuntario de orina durante la noche en niños a partir de los 5 años, puede tener importantes consecuencias para la salud mental y el bienestar general de los menores.
La enuresis es una condición común pero a menudo subestimada. Se considera patológica cuando persiste en un niño sano que debería haber alcanzado el control de esfínteres. “A los 5 años hay una incidencia aproximada del 15%, que va disminuyendo con la edad. Si no se realizan medidas para su control, puede persistir en entre el 1 y el 3% de los adolescentes y, sin tratamiento adecuado, incluso en la edad adulta”, explica un experto.
La detección temprana y el abordaje adecuado son esenciales. La responsabilidad recae en gran medida en la familia y los profesionales sanitarios. Es vital que pediatras y enfermeros pregunten a los padres si el niño moja la cama y lleven un registro detallado de las noches secas y mojadas, así como de la frecuencia y cantidad de micciones. Esto permite un diagnóstico preciso y un tratamiento eficaz.
Existen dos tipos de enuresis: primaria y secundaria
- La enuresis primaria ocurre cuando el niño nunca ha logrado el control de esfínteres.
- la enuresis secundaria se manifiesta después de un periodo de al menos seis meses de control.
Las causas pueden variar, desde un fallo en el mecanismo del despertar hasta alteraciones hormonales y comorbilidades con otras condiciones como el estreñimiento, la encopresis, la apnea del sueño y el TDAH.
Es importante considerar el impacto psicológico de la enuresis, por ello se debe buscar también el bienestar emocional del niño, y no sólo el orgánico.
La enuresis puede ser tanto consecuencia como causa de problemas emocionales. Los cambios familiares, problemas escolares y otros factores estresantes pueden desencadenar enuresis secundaria. Asimismo, la enuresis primaria puede afectar gravemente la autoestima, el rendimiento escolar, el descanso y las relaciones sociales del niño.
Cada último martes de mayo, desde 2015, se conmemora el Día Mundial de la Enuresis gracias a los esfuerzos de diversas organizaciones internacionales, como la Sociedad Internacional de Continencia Infantil (ICCS) y la Sociedad Europea de Urología Pediátrica (ESPU), entre otras. Estas organizaciones, buscan aumentar la concienciación sobre este problema y promover un enfoque integral que incluya tanto el bienestar físico como psicológico de los niños afectados.
Es fundamental que los padres y los profesionales de la salud actúen de manera proactiva y comprensiva. Si un niño mayor de 5 años moja la cama, es crucial consultar al pediatra para evaluar la situación y adoptar las medidas necesarias para su bienestar. La detección precoz y el tratamiento adecuado no sólo pueden resolver el problema físico, sino también prevenir y mitigar las consecuencias psicológicas, asegurando un desarrollo saludable y pleno para los menores afectados por la enuresis.