Lo que en términos médicos se conoce como hematuria, es la presencia de sangre en la orina y en la mayoría de los casos no suele ser un motivo de alarma importante, aunque tampoco debe ignorarse porque podría ser signo de alguna afección grave. Se calcula que entre el 5% y el 10% de todos los pacientes remitidos a urología acuden por hematuria.

Cuando la presencia de sangre en la orina no se aprecia a simple vista, se denomina microhematuria y solo se detecta sangre al realizar un análisis en un laboratorio. Cuando la orina, en lugar de tener su color habitual, tiene un tono rosa, roja o incluso marrón, se trata de macrohematuria (se percibe a simple vista).

Posibles causas de hematuria

Las causas por las que aparece sangre en la orina pueden ser diversas. Una de las más comunes suele ser infección de orina (en condiciones normales, la orina es estéril y no debe contener bacterias). Por otro lado, los cálculos renales y vesicales pueden causar irritación y abrasión del tracto urinario, lo que lleva a una hematuria. También los traumatismos en cualquiera de los componentes del tracto urinario o de la próstata puede provocar sangre en la orina.

Algunos medicamentos como los anticoagulantes o antigregantes pueden facilitar el sangrado de ciertos órganos, y el aparato urinario es muy sensible a ello. Este problema desaparece por sí solo. También ciertos alimentos como la remolacha o las bayas pueden darle a la orina una apariencia roja parecida a la sangre, pero esto tampoco debe ser motivo de preocupación.

Sin embargo, la hematuria también puede ser un síntoma de una infección del tracto urinario o un trastorno más grave, como cáncer de próstata o en cualquier parte de esta zona. Según datos de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), la hematuria es uno de los síntomas que aparece en el 70% de los casos de cáncer de vejiga. Por lo que siempre se debe acudir al médico cuando esto ocurre, nunca debe ignorarse sobre todo si además aparecen síntomas como escozor al orinar, necesidad de orinar con frecuencia, presencia de coágulos, cansancio o malestar general o dolor en los costados.

Tratamiento de la hematuria

La mejor manera de tratar la sangre en la orina es tratar la causa que la ha provocado ya que la hematuria es un síntoma, por lo que el tratamiento se centrará en la afección que la causa.

Si la afección está provocada por una infección del tracto urinario, se deberá tratar con antibióticos. En algunos casos, como sangrado pese a los antibióticos o sangre visible sin infección, será necesario realizar otras pruebas y evaluaciones. Se buscarán antecedentes clínicos (enfermedades previas, medicación previa traumatismos, hábitos tabáquicos, cirugías previas, etc.); se realizará un examen físico y un análisis de sangre (si no se había realizado previamente).

La Asociación Española de Urología añade una ecografía urológica en busca de células cancerosas, litiasis o agrandamientos prostáticos; citología de orina para buscar células anormales en la vía urinaria; TAC, que da información más precisa que la ecografía y de posibles patologías ureterales); cistoscopia (permite visualizar la uretra y la vejiga) y otras pruebas como resonancia nuclear magnética, urografía intravenosa, etc.

Si está ocasionada por la presencia de cálculos renales, el tratamiento dependerá dependerá del tamaño y la localización de los cálculos. En algunos casos puede ser necesaria la litotricia extracorpórea por ondas de choque o en último caso por cirugía endoscópica.

Ante un caso de hematuria por un traumatismo, el reposo y la ingesta de abundantes líquidos es el tratamiento indicado.

Si la hematuria la ha provocado tumores del aparato urinario, se valorarán estos y se realizará el tratamiento adecuado en cada caso.

Es complicado confirmar si la sangre se origina en los riñones, los uréteres (conductos que transportan la orina desde los riñones a la vejiga), la vejiga o la uretra. Por ello, sea el caso que lo ha ocasionado, debe evaluarlo el médico, incluso si se resuelve de manera espontánea. El objetivo de localizar la causa de la hematuria es doble. Por un lado, se determinará si existe una anomalía en la vejiga y, por otro lado, evaluar el tracto urinario superior (riñones y uréteres).

Por todo esto, siempre se debe acudir al médico en cuanto se observe sangre en la orina. Él será el que, en función de parámetros como la intensidad o la gravedad, los antecedentes y otros aspectos como la tensión arterial y la frecuencia cardíaca, decidirá cuáles son las pruebas necesarias para encontrar la causa.