Cuatro de cada diez mujeres y seis de cada diez varones no acuden al médico para buscar una solución a su incontinencia urinaria por vergüenza, pese a que existen alternativas terapéuticas eficaces para superar esta dolencia. Además, se calcula que una de cada tres mujeres a partir de los 50 años y uno de cada cuatro hombres a partir de los 40 han experimentado pérdidas de orina. Hablamos con el doctor Fernando González Chamorro, experto en cirugía reconstructiva del suelo pélvico e incontinencia urinaria y urólogo del Hospital San Rafael de Madrid, sobre este problema.

¿Qué es el suelo pélvico y cuál es su función?

Son estructuras musculares y ligamentosas que están en la base del abdomen y que tienen la función de sujetar todos los órganos del suelo pélvico y regular la defecación, micción y vaciado de la vejiga (orinar). También cuentan con una función sexual en el hombre y la mujer e incluso, en ella, en el canal de parto.

¿Por qué causas suele verse debilitado en las mujeres?

Por el parto y los embarazos, que producen distensiones en los ligamentos y músculos del suelo pélvico que hacen que se pierda esta función. Muchas veces es temporal, pero otras se produce de manera definitiva. También puede verse afectado por enfermedades musculares, ligamentosas y alguna neurológicas, pero es más raro.

¿Y en los hombres?

Es mucho menos común. Lo que sí es muy frecuente es que se vea debilitado tras pasar por cirugías de la próstata, sobre todo en las de cáncer. Pero actualmente existen técnicas para operar (con el robot Da Vinci) que hacen menos daño al suelo pélvico.

¿Qué síntomas nos alertan de sufrir un trastorno de este tipo?

Lo más frecuente es la función de miccionar, sobre todo la incontinencia urinaria y escapes de orina involuntarios. También se pueden descolgar órganos pélvicos, lo que llamamos un prolapso, que puede llegar a ser muy molesto. Otras veces puede afectar a la función sexual y defecatoria, aunque es más raro.

¿Cómo puede ayudarte un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico?

A la gran mayoría de los pacientes que tienen una disfunción del suelo pélvico se les aconseja un tratamiento conservador con un fisioterapeuta, que posee unas herramientas y unas capacidades muy importantes para resolver problemas, incluso los que antes considerábamos que solo se podían abordar en el quirófano. Hoy en día son capaces de aplicar tratamientos muy eficaces que hacen que se eviten cirugías.

¿Qué ejercicios son recomendables para fortalecerlo y cuáles se desaconsejan?

Los ejercicios hipopresivos ayudan mucho. Se llaman así porque no hacen que aumente la presión dentro del abdomen. En ellos se trabaja la respiración y, al expirar, abrimos las costillas. Un fisioterapeuta te puede indicar la forma adecuada de realizarlos. Los ejercicios de Kegel (apretar y relajar los músculos del suelo pélvico) también son básicos en su entrenamiento y para restablecer sus disfunciones, pero si están monitorizados y controlados por un fisioterapeuta son más eficaces que cuando se hacen sin más. Las bolas chinas, por ejemplo, son muy útiles, pero soportadas o ayudadas en su manejo por un fisioterapeuta. Por el contrario, cualquier ejercicio que sea muy violento y que favorezca la contracción de la pared muscular abdominal va en contra del entrenamiento de los músculos del suelo pélvico

¿Existen grados distintos de incontinencia urinaria?

Sí, habitualmente se habla de tres grados: el primero, cuando el paciente apenas necesita protección; el segundo, si la precisa; y el tercero, cuando necesita protección muy importante. Para saber el grado se cuantifica con lo que llamamos el test del pañal: se pone un pañal al paciente y se pesa antes y después de una hora o de 24 horas. Después, se cuantifican los escapes de orina por el peso del pañal.

¿Con determinadas actividades (como saltar, toser o reír) puede considerarse lógico un escape de orina o nunca deberíamos normalizar la incontinencia?

A veces puede ocurrir que tus escapes ocurran simplemente cuando haces ejercicio. En estos casos también se debe consultar a un especialista para un tratamiento preventivo fisioterapéutico que haga que no vaya a más. A toda mujer que se le escape la orina con el ejercicio físico, aunque haya sido puntual, debería consultar a un médico, ya que un especialista puede mejorar su suelo pélvico muy fácilmente con consejos o con un programa de tratamiento preventivo. Lo que no debemos es evitar hacer gimnasia para no tener escapes de orina, sino solucionar el problema. El deporte siempre es bueno.

¿Cuándo se recomienda la cirugía reconstructiva del suelo pélvico?

Cuando los tratamientos conservadores no han sido suficientes. Antiguamente era una cirugía que tenía malos resultados, pero hoy en día es magnífica y los pacientes están encantados.

¿En qué consiste la cirugía?

Depende de la función que esté alterada. Si la función es anatómica y hay un problema de prolapso de un órgano pélvico, la cirugía consiste en colocar unas mallas que sujetan esos órganos pélvicos a la anatomía normal de la mujer, que a veces es el hueso y otras los ligamentos. Cuando se produce una incontinencia urinaria, lo que solemos hacer es un cabestrillo uretral: colocamos una malla pequeñita debajo de la uretra, porque la mayoría de las veces el problema está en que la uretra se mueve demasiado y, al moverse mucho, se escapa la orina con esos aumentos de presión intraabdominal. Por ello, colocando esa malla suele ser suficiente.