La vejiga hiperactiva, un problema que antes pasaba desapercibido tanto para las pacientes como para los profesionales sanitarios, se ha convertido en una de las afecciones uroginecológicas más frecuentes entre las mujeres. Según la Asociación Española de Urología, el 6% de las mujeres de entre 25 y 64 años padecen esta condición, un porcentaje que se dispara hasta el 39% en mujeres mayores de 65 años que viven en residencias.
Estos datos subrayan la necesidad de visibilizar un problema que comparte relevancia con otras afecciones como el dolor pélvico crónico y el prolapso. Durante años, los problemas uroginecológicos eran tabú en la sociedad, lo que dificultaba tanto su diagnóstico temprano como su tratamiento. Sin embargo, esta tendencia ha cambiado gracias a los avances en la investigación médica y al creciente interés por la salud de la mujer.
La vejiga hiperactiva no solo afecta la calidad de vida de quienes la padecen, sino que también impacta en su bienestar emocional y social. Este trastorno se caracteriza por una necesidad urgente y frecuente de orinar, a menudo acompañada de incontinencia, lo que puede generar vergüenza y aislamiento en las mujeres.
Un cambio en la percepción social y médica
Hace apenas una década, hablar de problemas relacionados con la vejiga o el suelo pélvico era casi imposible. Sin embargo, campañas de sensibilización, avances en los tratamientos y un enfoque más abierto en la consulta médica han permitido que muchas mujeres busquen ayuda. Además, el auge de las especialidades médicas orientadas a la salud femenina ha contribuido a desestigmatizar estas afecciones.
Los expertos insisten en la importancia de acudir al médico ante los primeros síntomas ya que no se trata solo de un problema de envejecimiento. Cada vez más mujeres jóvenes están siendo diagnosticadas, y existen tratamientos efectivos que pueden mejorar significativamente la calidad de vida.
Prevención y tratamientos accesibles
Actualmente, existen múltiples opciones para tratar la vejiga hiperactiva, que van desde cambios en el estilo de vida y ejercicios de fortalecimiento del suelo pélvico hasta terapias farmacológicas y procedimientos quirúrgicos en casos graves. Asimismo, el acceso a programas de prevención y educación sanitaria está marcando una diferencia en la detección temprana.
La Asociación Española de Urología ha hecho un llamado a las instituciones públicas y privadas para seguir trabajando en la sensibilización y el acceso a tratamientos, especialmente para las mujeres mayores en residencias, donde el impacto de la vejiga hiperactiva es especialmente alto.
Este cambio de paradigma en la atención uroginecológica promete mejorar significativamente la calidad de vida de millones de mujeres y romper con décadas de invisibilidad en torno a estos problemas.